Cantabria roza ya el riesgo alto y requiere extremar las precauciones con las medidas de higiene, distancia e interacción social

09/04/21


Imagen de archivo de un paciene en la UCI del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Foto: Oficina de Comunicación)

La Consejería de Sanidad quiere informar a la ciudadanía de que Cantabria se encuentra en estos momentos al límite del nivel de alerta medio rozando el nivel 3 de riesgo alto. 

De hecho, dos de los indicadores que miden la posibilidad de transmisión comunitaria del Covid-19 ya han superado el umbral de riesgo alto como son la incidencia acumulada (IA) de casos diagnosticados en 7 días por cada 100.000 habitantes, que alcanza los 79, y la IA de casos con 65 o más años diagnosticados en 7 días por cada 100.000 habitantes, que llega a los 50.

Pero el tránsito del nivel 2 al 3 requiere también que la ocupación UCI sea superior al 15% y los datos cerrados a fecha de ayer registran 16 ingresados (15%) con lo que rozamos el nivel 3, pero técnicamente estamos en nivel 2. 

Eso sí, Sanidad advierte que con un solo paciente más que precise Cuidados Intensivos, Cantabria pasa automáticamente a nivel de riesgo alto y aplicará las medidas restrictivas que sean necesarias.

De ahí que las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de extremar las precauciones y observar todas las medidas de higiene y distanciamiento social que permitan frenar la expansión del Covid-19. 

Además, hacen un llamamiento expreso a la responsabilidad individual para evitar, en la medida de lo posible, espacios cerrados públicos porque está demostrado que el Covid-19 se contagia por el aire, sobre todo en interiores, que favorecen la transmisión aérea del virus.

Por eso, el departamento que dirige Miguel Rodríguez ahonda en priorizar la ventilación en espacios interiores y locales públicos cerrados porque la renovación continua del aire es un parámetro fundamental para minimizar la transmisión y, por lo tanto, una medida efectiva de prevención.

Para garantizar toda su efectividad, la ventilación, entendida como la renovación de aire interior con aire exterior debe ser permanente y cruzada, es decir, con apertura de puertas y/o ventanas opuestas o al menos en lados diferentes del recinto, para favorecer la circulación de aire y garantizar un barrido eficaz por todo el espacio.