Nadia Calviño pierde la votación y el irlandés Donohoe será el próximo presidente del Eurogrupo

09/07/20


Nadia Calviño

La vicepresidenta española Nadia Calviño no presidirá el Eurogrupo. Al igual que le sucedió a Luis de Guindos en 2015, sus colegas han optado por un candidato más conservador. El irlandés Paschal Donohoe, que cuenta con el respaldo del poderoso Partido Popular Europeo, se ha impuesto a Calviño y al luxemburgués Pierre Gramegna en una votación telemática secreta este jueves por la tarde.

Calviño partía como favorita al contar con el apoyo explícito de Alemania, Italia y Francia, si bien sólo ha sido público el de esta última hoy mismo. O el de Grecia y Portugal. Sin embargo, en las últimas semanas las quinielas han estado muy apretadas. El luxemburgués Gramegna, de la familia liberal, era el que tenía menos respaldos, al contar en principio con su voto, el holandés y el belga. Sin embargo, el irlandés Donohoe, que dudó hasta el último momento si presentarse, contaba con la estructura del PPE y con la simpatía de los gobiernos de corte liberal para la segunda ronda, una vez su candidato fuera descartado.

Y es exactamente lo que ha pasado. "Felicitaciones de todo corazón, Paschal, por tu elección como presidente del Eurogrupo. Te deseo todo el éxito y estoy deseando trabajar contigo en tu nuevo rol", ha felicitado Gramegna. "Felicidades a Paschal por su elección como presidente. Miro hacia adelante para trabajar juntos para asegurar una recuperación robusta que no deje a nadie atrás", ha apuntado por su parte la española en un mensaje mucho menos efusivo y sobre todo, con un mensaje de fondo muy profundo que marca todo lo que está en juego a partir de ahora.

Todas las fuentes consultadas en los últimos días hablaban de un resultado apretadísimo y de esfuerzos de última hora para intentar seducir a Malta o Chipre (la primera socialista, el segundo de los populares) o para atraer en la segunda ronda de votación a ejecutivos como el belga o algún báltico. La española y el presidente del Gobierno, en unas semanas cargadas de llamadas de teléfono, teleconferencias, presiones e insistencia, lograron arañar algunos votos, pero no los suficientes. 

Perder una competición de este calibre contando con el apoyo de las cuatro potencias de la Eurozona y Gobiernos que representan más del 80% de su población es insólito y muy difícil de digerir. Muestra que, más allá de equilibrios políticos en el continente, los irlandeses han jugado mucho mejor sus cartas y coordinado su estrategia a la perfección. Voto a voto. Y deja a España con un sabor de boca muy desagradable a las puertas de una negociación vital

Sus rivales lograron transmitir que la española era una figura "divisiva", con opiniones demasiado firmes y una agenda demasiado radical para la transformación de la reforma y las reformas pendientes. Ha habido una campaña clara contra ella en algunas capitales y en la propia Bruselas. Y ha funcionado. Donohoe, con un perfil infinitamente más bajo se presentó como opción de consenso. Alguien capaz de "construir puentes". Un integrante de los países pequeños frente a la candidata de los grandes y una muestra la de la rebelión contra el eje franco alemán y sus últimas propuestas. Usando la opción de Irlanda, un país en buena posición económica, pero que fue rescatado. Un Gobierno conservador, pero que pide mutualización. Y ha sido más que suficiente para atraer a su órbita no sólo a los miembros de su familia política, sino a liberales e incluso a socios mediterráneos.

La presidencia del Eurogrupo no da poderes ejecutivos a su responsable, no hay voto de calidad o capacidad de decisión unilateral. Pero si otorga la capacidad de controlar y fijar la agenda, priorizar determinados temas, buscar los consensos. Puede decidir cuándo seguir un debate o pararlo, cuándo apretar o no hacerlo. Escoger el lenguaje y ser la cara pública de los ministros, el portavoz, el que marca el tono, la ambición y el que hace de interlocutora, por ejemplo, con los jefes de estado y de Gobierno en las cumbres del Consejo Europeo.

Y en un momento en el que se tienen que decidir o perfilar cuestiones como el Fondo de Recuperación de la UE de hasta 750.000 millones de euros, el Presupuesto comunitario hasta 2027, completar la Unión Bancaria, reforzar el rol internacional de la moneda única o perfilar cómo será el proceso para evaluar los Planes Nacionales de Reformas y quién tendrá la última palabra sobre la condicionalidad para que los países puedan recibir los fondos comunitarios, tener a alguien al frente del Eurogrupo se antojaba importantísimo.

Ahora habrá un hombre del PPE, que en las últimas semanas en Bruselas ha atacado a España y su política económica y que defiende una línea mucho más dura de cara a la gobernanza económica. y Donohoe, además, sabe que llega de la mano de algunos de los llamados 'frugales', como Países Bajos y Austria. Y si los Planes de Reforma futuros y la condicionalidad para el desembolso de fondos se decide en el Eurogrupo, su rol será clave. Irlanda firmó el documento de nueve países pidiendo mutualización de deuda recientemente, pero su línea en fiscalidad o gasto público se aleja de la de los miembros del sur.

El sistema de votación usado hoy, a distancia pues no ha sido reunión presencial sino por teleconferencia, es tan secreto que no sólo nadie puede saber quién ha votado a quién ni lo sabrá nunca, sino que en teoría únicamente los tres candidatos saben cuántos votos ha tenido cada uno. El proceso ha arrancado con una intervención de los tres candidato ante sus colegas, explicando sus prioridades, fortalezas y pidiendo el voto. A continuación, Mário Centeno, en su última reunión, ha lanzado el proceso.

Dos funcionarios del Consejo han sido los encargados de verificar el resultado de la votación, a través de una aplicación en línea. Ellos dos, y nadie más, son los que han informado a las delegaciones. El Eurogrupo siempre ha sido criticado por su opacidad y, en esto, es consecuente hasta en su funcionamiento muy básico.