Quinto encierro de San Fermín: espectáculo, emoción y milagros

11/07/18


¡Qué maravilla de encierro! ¡Qué espectáculo han dado los de Núñez del Cuvillo!La diversión en los sanfermines no es sinónimo de cornadas y caos, sino de carreras abiertas con posibilidad de que los mozos se pongan delante de los astados. Y de eso ha habido mucho en este quinto encierro. Desde la cuesta de Santo Domingo, donde uno de los tres toros negros ha puesto firmes a los corredores por el lado derecho, hasta la tardía llegada a la plaza de un cuvillo castaño que se ha quedado algo rezagado en los últimos metros de la calle por una caída, pasando por una curva de Mercaderes-Estafeta en la que se han visto auténticos milagros.

Había ya un runrún de cabreo en Pamplona por el excesivo protagonismo de los cabestros, que corren como galgos e imposibilitan ver buenas carreras al arropar a los toros como un padre a sus hijos en una noche fría de invierno. Pues este miércoles los de Núñez del Cuvillo han decidido emanciparse y hacer la guerra por su cuenta, muy veloces, pero sin dejar de buscar a quien se ponía a su alcance.

El primer tramo ha sido tremendo. La acera derecha se ha convertido en zona de guerra, en una trinchera que uno de los cuvillos ha limpiado hasta dejar impoluta. Se ha visto de todo: desde corredores que se han desquitado de la frustración de los últimos días, echando la vista atrás y saliendo de la cara del toro en el momento preciso, hasta desavisados que se han librado de un golpazo o una cornada por puro azar, o de milagro, según se mire.

En Mercaderes, uno de los dos jaboneros de la manada, de estampa preciosa, se ha adelantado a la manada y ha pasado por la curva en solitario, sin un solo resbalón. Ahí se ha fijado en un mozo vestido de rojo y primero lo ha empujado con el hocico y después ha lanzado un gancho con el pitón izquierdo que ha pasado entre el cuello y la gorra del joven. Seguimos hablando de casualidades o de milagros, que cada cual escoja. 

Montones y atropellos

Por detrás, los toros que abrían el grupo se han abierto más en la curva y han arrollado a un grupo de corredores, formando un pequeño montón humano que ha sido pisoteado por los astados.

La recta se ha enfilado, por fin, con una manada abierta, con muchas posibilidades de buscar la cara de los toros, incluso con algunos huecos para entrar y salir bien. Aquí ha habido algunas carreras largas por el mismo centro de la calle, aguantando el galope de los toros. Y corredores que han podido saltar del primer ejemplar al grupo con cierta facilidad.

También se han visto caídas, lógicamente, debidas a las apreturas y a los intentos de todos los mozos de permanecer un segundo más entre los pitones. En pleno éxtasis, el jabonero que abría el grupo se ha resbalado y ha interrumpido por unos momentos la carrera, pero se ha repuesto y ha seguido en cabeza hasta la entrada en la plaza.

En Telefónica el ritmo era algo más pausado, pero como ya es costumbre este año se han producido caídas de los toros y pequeños montones de mozos por el suelo. El último toro en caer ha sido uno castaño, que ha tardado unos segundos en levantarse. Tras hacerlo, ha puesto en apuros a un joven en el mismo callejón de acceso al ruedo, donde ha permanecido unos segundos remoloneando antes de entrar a los toriles.

El alivio de muchos corredores era compartido tras el encierro: "¡Por fin un toro por delante sin cabestros!".

El balance de heridos ha sido muy limpio, sin corneados y sólo tres traslados hospitalarios por contusiones, según fuentes de los servicios sanitarios navarros.

En los cuatro primeros encierros sólo se ha producido una cornada, en el encierro que abrió las fiestas, con toros del Puerto de San Lorenzo.

Los astados de Núñez del Cuvillo serán lidiados por Antonio Ferrera, Andrés Roca Rey y Ginés Marín.