¿Así hasta 2028?

Se acabó. Después de rozar la gloria durante la primera mitad de la temporada, caer en picado durante la segunda y lograr entrar en el playoff en la última jornada, el Racing se despide de la 24/25 con una goleada a cargo del Mirandés que le apea definitivamente de la lucha por el ascenso. El conjunto cántabro cuajó una buena primera parte, pero una debacle defensiva en la segunda y una nula capacidad de reacción sirvieron en bandeja la victoria a un Mirandés que la mereció mucho más. Con el 4-1 final –7-4 en el global de la eliminatoria– los verdiblancos se despiden de la temporada de la forma más dolorosa posible y ponen su mirada sobre la próxima campaña, de nuevo en segunda división.

José Alberto sorprendió con la alineación y realizó cinco cambios respecto a los once que salieron en la ida. Manu Hernando sustituyó a Mantilla en el centro de la defensa, Maguette y Vencedor ocuparon el doble pivote dejando fuera a Aldasoro y Meseguer –este último no fue convocado por un proceso vírico–, Sangalli entró por Rober en la zona de tres cuartos y Karrikaburu lo hizo por Arana en la punta de ataque. Alessio Lisci, por su parte, apostó por los once que salieron en los Campos de Sport, con la excepción de Parada, que entró en el centro de la zaga para sustituir a Juan Gutiérrez, que arrastraba molestias.

Con todas las piezas colocadas sobre el tablero, y unos 500 racinguistas en las gradas de Anduva –más cerca de un millar que se desplazaron a Miranda sin entrada– el colegiado se llevó el silbato a la boca y dio por comenzado el partido. Empezó atacando el Racing, que salió con intensidad y consiguió incomodar a un Mirandés que no entró al encuentro con buen pie. Los verdiblancos dominaban la posesión y merodeaban con peligro el área, pero durante los primeros cinco minutos no fueron capaces de finalizar con precisión alguna jugada de gol.

El Mirandés, en cambio, tuvo una y la metió. ¿Se acuerdan de los dos primeros goles de la ida? Pues el primero de la vuelta fue igual. Una triangulación en banda derecha sirvió para desbaratar la presión del Racing. Rincón arrancó pegado a línea, dejó atrás a Mario y se internó en el área. Manu Hernando y Castro fueron a cubrir a Panichelli, e Izeta se quedó solo en el segundo palo. Rincón metió el centro, e Izeta solo tuvo que empujarla. Minuto 7, y el Racing ya perdía. 

Aunque la derrota duró apenas cinco minutos. En el 12 un centro de Andrés Martín encontró la cabeza de Maguette, y el senegalés remató con fuerza en el segundo palo para empatar de nuevo el partido. Eran minutos de ida y vuelta, de locura, de anarquía; y en esos momentos el Racing saca su mejor versión. Aunque el Mirandés aguantó el tipo. Andrés se hizo un lío en el área tras aprovechar un fallo defensivo de Tomeo, y Panichelli contraatacó con un testarazo que salió algo desviado. Íker Benito hizo intervenir a Ezkieta con un disparo cruzado, y poco después fue Rincón quien obligó al navarro a realizar una parada de mérito. Según se acercaba el descanso el Racing perdía el control del partido, y los minutos finales de la primera parte se hicieron eternos para el conjunto montañés. Justo antes del intermedio Gorrotxategui probó suerte con fuerte disparo, pero Ezkieta estuvo atento y lo atrapó sin complicaciones

El Mirandés salió mejor en la segunda parte. Parada avisó en la primera jugada con un remate de cabeza que se fue alto, e Izeta cabeceó a bocajarro un testarazo que sacó Ezkieta in extremis. Los verdiblancos sufrían en defensa, aunque también lograron acercarse a la portería rival. Andrés volvió a plantarse ante Raúl Fernández y de nuevo se hizo un lío, y Sangalli mandó al palo un remate de cabeza tras un saque de esquina de Michelin. Arana entró en el césped por Karrikaburu, y el partido continuó pareciendo igualado a pesar de que el Racing perdía poco a poco terreno, hasta que se cumplió el minuto 65.

Ahí empezó la debacle. Un centro al área en el 66 lo defendieron horriblemente los defensores racinguistas y, tras tocar en Ezkieta, acabó en gol. En la siguiente jugada, y de nuevo con la defensa muy superada, Hugo Rincón se encontró con espacios y disparó fuerte desde el costado diestro. Javi Castro alargó la pierna, demasiado, o quizá no lo suficiente. La cuestión es que el chut rebotó en la bota del central madrileño y se coló en la portería racinguista, dejando al equipo en la lona. El Racing ya estaba herido de muerte, pero aún le quedaba una última estocada al Mirandés. En el minuto 70 una combinación de Rincón con Panichelli dejó en evidencia a la defensa cántabra. Izeta recibió el cuero, y lo clavó a la escuadra para firmar el 4-1. Los aficionados jabatos celebraron con euforia el tanto que –por si quedaban dudas– aseguraba la victoria del Mirandés, mientras que en el andamio visitante las lágrimas comenzaron a correr por los rostros de los racinguistas desplazados, que veía, como su equipo se despedía con esa goleada del ascenso a primera.

A todo esto José Alberto no había hecho ningún cambio más. Después de ver cómo su equipo encajaba tres goles en apenas siete minutos al final se decidió a cambiar de cromos, y dio entrada a Aldasoro, Rober y Pablo, que entraron a cambiar un partido imposible de cambiar. Poco después entró Lago Junior, y los minutos continuaron pasando mientras los racinguistas jugaban y jugaban, sin ningún tipo de peligro. El Mirandés no debió querer hacer más sangre, y dejó que pasaran los minutos hasta que, tras nueve de añadido, finalizó el partido.

Con el 4-1 el Mirandés pasa a la final del playoff, que disputará ante el Oviedo, y el Racing dice adiós a la temporada con un resultado doloroso, pero justo. La cara que mostró el conjunto cántabro no fue competitiva, ni desde el césped ni desde el banquillo, y las sensaciones que brotaron después del final del encuentro no fueron ni mucho menos las deseadas por los aficionados verdiblancos. Pero que se le va a hacer.

Se acabó lo que se daba. Toca levantar la cabeza, limpiarse las lágrimas y mirar hacia adelante. La temporada ha sido emocionante y decepcionante a partes iguales, pero no es momento de sacar conclusiones. Aún no. Ahora toca reiniciar, descansar y tratar de superar el varapalo que ha supuesto la derrota en Miranda. Habrá tiempo de tomar decisiones, y tanto los jugadores como el cuerpo técnico tendrán tiempo para reflexionar. Deben hacerlo. Los aficionados, en cambio, tendrán que hacer lo de siempre. Lo que siempre les ha tocado a los racinguistas durante toda su historia. Lavarse las heridas, levantarse tras la caída y prepararse para seguir animando. Y lo harán, claro que lo harán. Porque lo han hecho siempre, y siempre lo van a hacer. Llueva o sople sur, a seguir, racinguistas. Esta temporada no ha sido, pero seguro que pronto llegará. Volveremos, volveremos, volveremos otra vez. Volveremos a primera, como en el 93.

FICHA TÉCNICA

CD Mirandés: Raúl Fernández, Rincón, Egoluz, Gorrotxa (Carlo, 90), Panichelli, Reina (Martín, 89), Tomeo, Izeta (Postigo, 83), Lachuer (Tachi, 89), Benito (Joel Roca, 83) y Parada.

Racing: Ezkieta, Michelin (Rober González, 78), Manu Hernando, Javi Castro, Mario García; Maguette (Pablo Rodríguez, 78), Unai Vencedor (Aldasoro, 78), Andrés, Vicente (Lago Junior, 85), Sangalli; Karrikaburu (Arana, 58).

Árbitro: el colegiado del encuentro fue Guzmán Mansilla, perteneciente al comité andaluz. Amonestó a los locales Eguiluz y Tachi; y a los visitantes Vicente, Andrés y Manu Hernando.

Goles: 1-0. Minuto 8. Izeta; 1-1. Minuto 12. Maguette; 2-1. Minuto 63. Tomeo; 3-1. Minuto 65. Hugo Rincón; 4-1. Minuto 69. Izeta.

Incidencias: vuelta de las semifinales del playoff de ascenso a LaLiga EA Sports disputada en Anduva. Se registraron 5.345 espectadores.

Crónica: Francisco Cumbrados Sobrao