Opinión


06/06/22

Juan Azcuénaga

  1. La primera visita real a Santander, hace 650 años

    Antonio del Campo Echevarría recogía en una serie de artículos las diferentes visitas reales a la región. Así, iniciaba la relación contándonos que Enrique II «no visitó Santander por amor ni por gusto», sino para organizar una expedición armada contra La Rochelle. Escasa es la información que sobre ese viaje ha llegado hasta nosotros y más por sus consecuencias bélicas que por su estancia en nuestra ciudad.

    Enrique II, de Trastámara, también conocido por el de las Mercedes, había nacido el 13 de enero de 1333 en el Alcázar de Sevilla y fue el cuarto de los diez hijos extramatrimoniales de Alfonso XI y Leonor de Guzmán. Subió al trono de Castilla a la muerte de Pedro I, asesinado tras ser derrotado en la batalla de Montiel, en marzo de 1369.

    Ya rey Enrique II de Castilla se desplazó desde Burgos (en esta ciudad estaba, de vuelta de Galicia —de Tuy—, el 8 de junio de 1372) a Santander para preparar una armada de cuarenta naos, al mando de Ruy Díaz de Rojas, merino de Guipúzcoa, que acudiera a La Rochelle en auxilio del rey de Francia Carlos V el Prudente. La Crónica dice escuetamente: «El Rey Don Enrique partió de Burgos, é fué para Santander, é fizo armar quarenta naos, é envió por Capitan dellas un Caballero que era Merino de Guipuzcoa, al qual decian Rui Díaz de Rojas, para la Rochela». La batalla naval de La Rochelle tuvo lugar los días 23 y 24 de junio, estando la armada castellana mandada por el almirante Ambrosio Bocanegra y la inglesa por John Hastings, conde de Pembroke, que fue hecho prisionero. Los 36 barcos ingleses fueron capturados o hundidos y se hicieron prisioneros a 8.000 soldados y 400 caballeros. Las fuentes no se ponen de acuerdo en cuanto a los barcos en combate, pero aquí queremos resaltar esa venida real a nuestra ciudad y la causa. No sabemos cuántos días permaneció en nuestra ciudad. Las crónicas francesa e inglesa señalan la batalla la víspera de la festividad de la Natividad de San Juan Bautista.

    La armada castellana regresaría a Santander con su almirante y algunos de los prisioneros, entre los cuales estaba el referido conde de Pembroke. Durante el regreso capturaron cuatro naves inglesas en aguas de Burdeos. Con este motivo la ciudad hizo acuñar una medalla conmemorativa de la victoria con la inscripción: «Anglis Prœlio Navali Superatis Et Fugatis».

    Durante su estancia en Santander Enrique II compró a Beltrán Duguesclin, por 100.000 francos de oro, las posesiones que le había dado en España como recompensa de los servicios prestados en la guerra contra su hermano el rey Pedro I. Se trataba de la ciudad de Soria y las villas de Almazán y Atienza, junto con otros pueblos de Castilla. También en este tema la Crónica también es muy parca. Decía así: «En este Año se trató en Santander, estando y el Rey Don Enrique, que Mosen Beltran de Claquin, Condestable de Francia, le vendiese á Soria, é Almazan, é Atienza, é los otros logares que el Rey le avia dado en Castilla : é allí se fizo la avenencia, é tratóla un Caballero de Francia que decian Mosen Juan de Rua, el qual en aquella armada iba en las barcas del Rey de Francia».

    La Crónica nos dice que desde aquí regresó a Burgos: «Despues que el Rey Don Enrique partió de Santander, é ovo enviado sus naos, tornóse para Burgos».

    El 19 de julio de este año 1372 llegaba a Santander Owen (Juan) de Gales, hijo de Llewellyn, que más tarde sería coronado como Owen (Owain) IV de Gales, y que sería el último galés en ostentar el título de Príncipe de Gales. La crónica francesa precisa que desembarcó en la mañana del mismo día que la flota española echaba el ancla, quien al encontrarse con el conde de Pembroke le reprochó los señoríos que poseía en el Principado de Gales. Un caballero del conde llamado Thomas de Saint-Aubin retó en duelo a Owen, quien rehusó batirse con un prisionero. De él se menciona un documento fechado en Santander el siguiente día 27.

    Con motivo de esa victoria dicen algunos autores que Enrique II ordenó, en 1372, la construcción de las Reales Atarazanas de Galeras en Santander, pero este dato no está probado documentalmente.

    Como decíamos, escasa información sobre la primera visita real a nuestra ciudad de la que se cumplen en estas fechas 650 años.