Opinión


20/02/23

Javier Domenech

  1. Estar en OFF

    Si hay algo que retrata el desconcierto de un gobierno, es el rostro del ministro de Asuntos Exteriores,  quien frente a una pregunta  inesperada, en plena rueda de prensa, no encontró ninguna argumento válido y declaró “estar en off” creyendo así evitar una situación comprometida.  Se encontró fuera de juego y no sabía qué responder por la ausencia del rey de Marruecos en un encuentro internacional, anunciado a bombo y platillo.  Antes de acudir a la cita, nadie  advirtió en su departamento o en los servicios de Inteligencia, que el monarca estaba de vacaciones prolongadas en Gabón, y el Gobierno en pleno se embarcó en una altisonante cumbre, convertida en un simple contacto de trámites. El triste papelón del ministro, se remató posteriormente con ridículas excusas para disfrazar su personalidad inane, ya demostrada con anterioridad,  al enterarse por la prensa que España cambiaba su tradicional postura sobre el Sahara, avalada por la ONU,  y reconocer los supuestos derechos marroquís. Ahora, con su rostro de desconcierto, su falta de reflejos y su pobreza intelectual se convertía  el retrato perfecto de un gobierno, cuyos miembros, también  “están en off”.
     
    Anteriormente lo había estado su colega de Interior,  mientras se producían avalanchas de adolescentes en la costa de Ceuta o los centroafricanos asaltaban  las vallas de Melilla  denunciando la violencia del asalto y la colaboración de la policía marroquí. Pero no era el único. La ministro de Justicia también debía estar “en off”  al aprobar el gobierno la ley del “solo sí es sí”, desoyendo las advertencias de las consecuencias legales que se producirían. Como lo estuvo  la responsable de Energía,  declarando que España, sin el aporte del gas argelino,  se convertiría en la proveedora   de energía a Europa a través de los Pirineos, sin haber contado con la cantada negativa de Francia y luego anunciar  la construcción de un quimérico gasoducto entre Barcelona y Génova, de costo multimillonario y dudosamente operativo hasta que transcurrieran  varios años. Y también evidenció “estar en off”  la Vicepresidente del Gobierno y ministro de Trabajo, cuando al ser preguntada por el número de trabajadores fijos discontinuos existentes, afirmó, sin ningún rubor,  desconocer su cifra. Por si fuera poco, también “están en off”, los ministros de Universidades, el de Consumo o la de Ciencia e Innovación, cargo que lo mismo ocupa un astronauta que la  antigua alcaldesa de Gandía,   quienes,  como han reconocido, no tienen absolutamente nada que hacer. Aunque  probablemente esto sea lo mejor que nos pudiera ocurrir.
     
    Solo un responsable del Gobierno fue capaz de huir de declaraciones “en off”. Se trata de la ministro de Defensa, consciente de la existencia de 53 tanques Leopard 2 comprados de segunda mano a Alemania, aparcados en Zaragoza desde hace décadas, sin  uso alguno y casi corroídos por la herrumbre, quien finalmente ha decidido enviarlos a Ucrania y de esta forma salvar la papeleta de la colaboración internacional contra la agresión rusa. El resto permanece “ en off “, preocupado en advertirnos de que los jueces son fascistas, los empresarios desalmados explotadores de sus trabajadores, la prensa es propagadora de bulos y detrás de todo,  se ocultan las fuerzas ultraconservadoras del Partido Popular y la amenaza de Vox.  
     
    Mientras tanto, prosigue el continuo rosario de reducción de condenas y excarcelaciones por delitos sexuales, pero además, en poco tiempo comenzará el goteo de salidas de los acusados por malversación  y apropiación de dineros públicos, exculpados por la revisión de los cargos de corrupción con las nuevas leyes elaboradas, pese a las declaraciones de los responsables, sean estos la ministro de Igualdad. la de Justicia  o las del propio Presidente del Gobierno. 
     
    No se queden ustedes “en off”, y permanezcan atentos al espectáculo.